Pues ahora…esto

Marchando una de decisiones.
Mira que me gusta complicarme la vida a mi solito, sin ayuda de nadie. Tras una semana de arduas deliberaciones, aún estoy dándole vueltas a por donde seguir. Durante casi todo el tiempo, se me había cruzado entre ceja y ceja que iba a volver con la novela “primigenia”. Lo de costumbre, aún no se gatear, y ya me quería poner a correr (otra vez). Si es que los críos somos así.
Dándole vueltas, y mas vueltas al tema de la novela, me he dado cuenta de alguna que otra cosa: Se nota que soy un lector de comics. Lo debo llevar en la sangre.
Había llegado a la conclusión de comenzar desde el principio. Pero no me refiero a mi tan cacareada reescritura, sino a empezar por el principio de verdad. La creación de todo. Algo así como millón y pico de años antes de donde empecé la novela en su anterior encarnación. A partir de ahí iría avanzando cronológicamente hasta llegar al cuerpo principal del relato, que es mas o menos el momento en el que me paré la ultima vez.
No tenía (ni tengo) intención de escribir la historia minuto a minuto, pero si que iba (y, si no cambio de opinión, cuando me ponga con ello es muy probable que siga esa dirección) a escribir relatos de los personajes que han ido teniendo relevancia a los largo de los tiempos en la trama de la historia. Así a bote pronto (y solo en personajes que considero “principales”) calculo que serían cosa de doscientos, quizás alguno más.
Habría relatos de todos los tamaños, desde un par de paginas, hasta lo que fuese menester (iba a decir ciento y pico, pero yo que se cuanto podían cundir según que historias una vez escritas). Lo que pasa es que se lo que iba a pasar.
A parte de mi mas que clásico bloqueo (que creo que ya se por donde viene, luego os lo cuento), esta mi mas que clásica prisa por llegar a los momentos importantes. Esos que tengo tantas ganas por contar, que resumo miles de años de historia en dos párrafos. Y claro, por muy bueno que sea uno haciendo resúmenes (que tampoco se si lo soy), la historia pierde enjundia, y lo que le pase a un personaje al que solo conoces desde hace un par de paginas, como que por lo general te la puede sudar bastante.
Luego esta el otro (bueno, uno de los muchos otros, supongo). Mi manía de ponerme didáctico. No me refiero a que mi tendencia a filosofar a través de los personajes (lo cual me gusta, y voy a seguir haciendo. Si no tuviera cosas que decir a través suya, si cada uno de ellos no fuera una extensión de alguna faceta mía, supongo que no me importarían una mierda). A lo que me refiero es a tratar de explicar cosas del mundo, cuando la cosa puede no venir a cuento, y estoy seguro que, si me pongo ahora a rescribir el origen del universo, y tirar palante a partir de ahí, eso iba a parecer mas un libro de historia y pseudo astrología-esotérico-mística que un relato que pretenda ser entretenido (a la par que petardamente profundo) o cualquier otra cosa.

Pensando en como acometer esta encarnación de la novela, me he dado cuenta de que el desarrollo que iba a tomar, tiene muchas similitudes con el mundo de los comics.
Montones de personajes (muchos de ellos “mas grandes que la vida misma) defendiendo una serie de valores, muriendo trágicamente por ellos (aunque en mi caso, contrariamente al mundo comiquero, sin resurrecciones). Referencias cruzadas de unos relatos a otros, crossovers entre personajes de distintos relatos (¿quieres saber de donde sale este tío? Lee “La maldición de Itkalum”), referencias solapadas (¿quieres saber porque esta espada estaba aquí? Lee “El ocaso de los siete reyes dragón”).
Vamos que la cosa se va a complicar, y mucho. Así que voy a ir meditándolo con calma, antes de meterme en esa vorágine.

Así pues, he decidido optar por algo un poco mas “ligero”, opción ante la cual me tocaba elegir entre dos tipos grandes (por tamaño): La historia de la guerra civil en Dugental (y de la familia regente, en especial Orsgull Ryudo “El lobo de Shanru”), o uno de los momentos mas trágicos de Darus “El golpeador” (relato este que comencé a escribir el año pasado, y que me hizo dirigirme hacia otros lares mas lejanos).
Lo cierto es que le tengo mas ganas (a día de hoy) a la historia de Dugental. He estado arbitrando esa campaña de manera mas o menos continuada durante los últimos dos años y pico (aunque comenzó un par de años antes de mi parón de cuatro años). Así que es una historia que tengo muy fresca. Se me de pé a pá la historia, las motivaciones y las reacciones de los cosa de setenta personajes no jugadores que he llevado en ella (y alguno que otro mas que no han llegado a conocer los jugadores).
Así que si hay un momento para ponerme a contar esta historia, creo que es ahora.

Por otro lado, esta mi pequeño “demonio personal” (el grande es la novela) que es la historia de Darus.
Esta también es una historia es una historia la que le tengo ganas, pero creo que es sobre todo porque la ultima vez que nos encontramos me “pudo”. Debo reconocer que dado mi anterior fracaso con él, le tengo algo de miedo.
Así que ¿Qué hacer?. ¿Dejo salir al Lobo, o hago que Darus me “golpee” otra vez?. Mi orgullo clama venganza. No quiero dejar que un relato me “venza”.
Así que la decisión esta tomada. Voy a mandar a paseo a mi orgullo. Voy a escribir sobre Dugental.
¿Por qué?

Pues porque (recuperando lo que decía antes sobre la proveniencia de mi bloqueo), ya se (o creo saber) porque pudo conmigo Darus, y no le voy a dejar hacer lo mismo otra vez.
La historia estaba clara, así como la razón por la que sucedían las cosas, y por las que actuaban los personajes (bueno, bastantes de ellos), pero faltaba algo. Tenía muy claros los momentos importantes de la historia. Las escenas de mayor trascendencia, pero solo tenía una leve idea de lo que pasaba en medio de ellas. Me centraba tanto en esos momentos, tenía tantas ganas de llegar hasta ellos, que no me dedicaba a pensar en como encaminar la narración que unía esos puntos. Tenía la historia y los grades detalles, pero me faltaban todos esos pequeños detalles que le daban cohesión.
Vamos, que tenía una historia que podría, por si sola ser una novela corta, pero me la habría fundido en quince paginas.
Podría haber hecho lo mismo que con Luara o Kuunsej. Que fuese uno de los personajes quien contase la historia a otro. De ese modo podía justificar según que imprecisiones, seguir camuflando mis carencias como narrador utilizando un método que me había funcionado antes. Pero no quería hacer eso, quería evolucionar, subir un pequeño peldaño más.

Así pues, voy a ponerme con Dugental. En este caso los detalles están ahí. Todos los personajes están matizados, todas las cosas que han sucedido entre los momentos importantes también. Hay veces en las que ir a lo seguro, es la opción correcta para avanzar en la dirección correcta.
Mientras tanto, seguiré madurando tanto la novela como Darus. Cuando todas las piezas estén en su lugar, y el dibujo este completo, me meteré con ellas.

Os habréis dado cuenta de que no he mencionado en ningún momento los relatos de ciencia ficción. Bueno, si no os habéis dado cuenta, no los he mencionado hasta ahora.
La espera continua. Aún falta mucho por hacer, así que tampoco voy a dejar que me puedan las prisas.
¿El relato “gordo” de ci-fi?
Pues cuando me lo pidan los de la editorial que sea.

Hey, ¿Qué pasa?
Soñar es gratis.

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Tosko (no verificado)

Hace 18 años 3 meses

Bien. Vale. Dale duro.